miércoles, 25 de febrero de 2015

Eva Golinger : " La agresión de Washington contra Venezuela no es ficción"

CNA -ALTERNEWS

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La agresión de Washington contra Venezuela no es ficción

Publicado: 25 feb 2015 
Recientemente, varios portavoces del gobierno de Barack Obama han declarado con firmeza que el gobierno de Estados Unidos no está interviniendo en los asuntos internos de Venezuela
La portavoz del Departamento de Estado, Jen Psaki, dijo el 19 de febrero 2015, "Las acusaciones hechas por el gobierno de Venezuela de que Estados Unidos está involucrado en la conspiración golpista y la desestabilización son infundadas y falsas". 
Psaki luego reiteró una declaración extrañamente errónea que había hecho durante una conferencia de prensa justo un día antes: "Estados Unidos no apoya las transiciones políticas por medios no constitucionales".
Cualquier persona con un conocimiento mínimo de América Latina y de historia mundial sabe que lo dicho por Psaki es falso. El gobierno estadounidense ha apoyado, alentado y promovido golpes de estado en América Latina y en todo el mundo durante más de un siglo. 
Algunos de los más notorios que han sido reconocidos abiertamente por expresidentes de Estados Unidos y funcionarios de alto nivel incluyen golpes de estado contra Mohammed Mossadegh en Irán en 1953, Jacobo Arbenz en Guatemala en 1954, Patrice Lumumba en el Congo en 1960, Joao Goulart de Brasil en 1964 y Salvador Allende en Chile en 1973. 
Más recientemente, en el siglo XXI, el gobierno de Estados Unidos apoyó abiertamente los golpes de Estado contra el presidente Hugo Chávez en Venezuela en 2002, Jean Bertrand Aristide de Haití en 2004 y José Manuel Zelaya de Honduras en 2009. 
Una amplia evidencia de la participación de la CIA y otros organismos de Estados Unidos en todos estos derrocamientos inconstitucionales de gobiernos elegidos democráticamente abunda. Lo que todos los líderes derrocados tenían en común era su falta de voluntad para someterse a los intereses estadounidenses.
A pesar de las falsas afirmaciones del gobierno de Estados Unidos, después de que Hugo Chávez fuera elegido presidente de Venezuela por una abrumadora mayoría en 1998, y posteriormente se negó a recibir órdenes de Washington, se convirtió en un objetivo rápido de la agresión estadounidense. 
Después del fracaso del golpe de Estado apoyado por Estados Unidos que derrocó brevemente a Chávez en 2002, y su posterior rescate por millones de venezolanos y fuerzas armadas leales, Estados Unidos aumentó la hostilidad hacia la nación rica en petróleo. Después del fallecimiento de Chávez en 2013, su sucesor electo democráticamente, Nicolás Maduro, se convirtió en víctima de los ataques del norte.
Lo que sigue es un breve resumen y una selección de más de una década de agresión de Estados Unidos hacia Venezuela que muestra claramente una guerra unilateral. Venezuela nunca ha amenazado o tomado ningún tipo de medidas para dañar a Estados Unidos o sus intereses. Sin embargo, Venezuela, tanto bajo Chávez y Maduro - dos presidentes que han ejercido la soberanía de Venezuela y el derecho a la auto determinación - ha sido víctima permanente de acciones continuas, hostiles y cada vez más agresivas de Washington.
2002-2004
Un golpe de Estado contra el Presidente Hugo Chávez se llevó a cabo el 11 de abril de 2002. Documentos obtenidos bajo la Ley de Libertad de Información (FOIA) en Estados Unidos evidencian un claro papel del gobierno estadounidense en el golpe de Estado, así como su apoyo financiero y político para aquellos venezolanos involucrados.
Los documentos evidencian también que altos funcionarios de Washington sostuvieron reuniones con Pedro Carmona, quien asumió el poder de manera ilegítima luego de derrocar al Presidente Chávez durante el golpe. La Embajada de Estados Unidos en Caracas calificó a Carmona como el “hombre correcto para el momento correcto en Venezuela”, en un documento redactado en diciembre 2001.
La National Endowment for Democracy (NED), agencia pública de Estados Unidos, canalizó más de 2 millones de dólares durante los 6 meses antes del golpe a los partidos políticos, organizaciones y grupos empresariales venezolanos  que estuvieron involucrados en el golpe de Estado.
Los agregados militares de Estados Unidos que trabajaban en Venezuela estuvieron en contacto directo con los militares venezolanos que participaron en el golpe de Estado.
Documentos ultrasecretos de la CIA obtenidos en mis investigaciones usando FOIA evidenciaron que la CIA tenía en sus manos los planes detallados del golpe de Estado desde el 6 de abril del 2002.
El embajador de Estados Unidos en Venezuela, Charles Shapiro, mantuvo contacto permanente con todos los participantes en el golpe, incluso con el dueño del principal canal de televisión, Venevisión, canal que transmitió las imágenes manipuladas para justificar el golpe. Shapiro sostuvo reuniones con los dueños de los medios privados en Venezuela durante el día del golpe de Estado.
Horas después de secuestrar al Presidente Chávez e imponer un estado dictatorial en Venezuela, el vocero de la Casa Blanca, Ari Fleischer, leyó un comunicado del Presidente George W. Bush apoyando al nuevo gobierno de facto y responsabilizando al Presidente Chávez por los sucesos violentos del golpe.
La prensa estadounidense, incluso el New York Times, publicó editoriales aplaudiendo el golpe y apoyando al gobierno de facto. [1]
Después del fracaso del golpe de Estado de abril 2002, el gobierno estadounidense entregó un fondo especial multimillonario a los grupos involucrados en el golpe a través de la NED, en junio 2002.
Ese mismo mes, la Agencia Internacional de Desarrollo de Estados Unidos (USAID), abrió una Oficina de Iniciativas hacia una Transición (OTI) en Caracas, subcontratando a un contratista privado, Development Alternatives Inc (DAI), para canalizar más de 10 millones de dólares a grupos de la oposición.
Meses después, la oposición venezolana lanzó un paro nacional que duró 64 días y afectó toda la cadena de producción del país y casi destruyó la industria petrolera. Causaron más de 20 mil millones de dólares en daños a la economía venezolana y docenas de personas inocentes murieron por falta de acceso a servicios y productos básicos.
En diciembre 2002, el Departamento de Estado llamó para “elecciones anticipadas” en Venezuela, a pesar de que este concepto no existía en la constitución venezolana.
El 27 de febrero del 2004, grupos extremistas de la oposición venezolana iniciaron violentas protestas de calle con el objetivo de derrocar al gobierno del Presidente Hugo Chávez. Las protestas duraron 4 días y causaron la muerte de varias personas, múltiples heridos y un caos y desorden general en Caracas y otros centros urbanos.
Los líderes de estas protestas las llamaron las “guarimbas”, y admitieron que habían recibido entrenamiento y asesoría del Instituto Alberto Einstein en Estados Unidos y sus fundadores, Gene Sharp y Roberto Helvey, un ex coronel del ejército de Estados Unidos. 
Sharp es el arquitecto de las llamadas “revoluciones de colores”, o golpes blandos, en el antiguo bloque soviético (Ucrania, Georgia, Kirguistán).
Referéndum revocatorio del 2004 : La NED y la USAID canalizaron cientos de miles de dólares a los organizadores del referéndum revocatorio en contra del Presidente Chávez, principalmente a través de la organización Súmate, liderada por la opositora María Corina Machado. 

Cuando perdieron el referéndum, acusaron al gobierno venezolano de haber cometido fraude y hasta la fecha no han retractado su postura, pero tampoco han presentado pruebas reales para fundamentar sus denuncias.
2005
Después de la victoria del Presidente Chávez en el referéndum revocatorio del 2004, el Gobierno de Estados Unidos endureció su postura hacia Venezuela y aumentó sus agresiones públicas contra el gobierno venezolano. Aquí hay una selección de algunas declaraciones de funcionarios estadounidenses sobre Venezuela:
Enero 2005: El Departamento de Estado lanza un ataque verbal contra Venezuela. “Hugo Chávez es una fuerza negativa en la región.” -Condoleezza Rice, Secretaria de Estado de Estados Unidos.
Marzo 2005: La CIA declara a Venezuela uno de los cinco principales “hot spots” del mundo. “Venezuela es uno de los países más inestables y peligrosos en América Latina.”  -Porter Goss, Director de la CIA.
El Pentágono declara a Venezuela como “amenaza”.  “Venezuela está comenzando una carrera armamentista peligrosa que amenaza la estabilidad regional.” -Donald Rumsfeld, Secretario de Defensa.
El Comando Sur enfatiza su preocupación sobre Venezuela. “Estoy preocupado por la influencia de Venezuela en el área de responsabilidad... 
El Comando Sur apoya la posición del comando conjunto de mantener contacto ‘militar a militar’ con los militares venezolanos... necesitamos un enfoque inter-agencia de amplia base para tratar a Venezuela.” -General Bantz Craddock, Comandante del Comando Sur.
Julio 2005: “Cuba y Venezuela están en una campaña de desestabilización en América Latina... No hay duda que el Presidente Chávez está financiando fuerzas radicales en Bolivia.” -Rogelio Pardo-Maurer, Subsecretario de Defensa Adjunto para el Hemisferio Occidental.
“Venezuela y Cuba están promoviendo el radicalismo en la región... Venezuela trata de subvertir los gobiernos democráticos en la región e impedir a CAFTA.” -Donald Rumsfeld, Secretario de Defensa.
Agosto 2005: Relacionan a Venezuela con el terrorismo. “El territorio venezolano es un área seguro para terroristas colombianos.” Tom Casey, vocero del Departamento de Estado.
Septiembre 2005: Relacionan a Venezuela con el narcotráfico. “El problema de trabajar con el Presidente Chávez es serio y continuo, como lo es en otras partes de la relación.” -John Walters, Director de la Oficina de Política Nacional de Control de Drogas.
Noviembre 2005: Acusan al gobierno de Venezuela de violar los derechos humanos. “El asalto a las instituciones democráticos en Venezuela continúa y el sistema se encuentra en grave peligro.” -Thomas Shannon, Subsecretario de Estado.
2006
Febrero 2006: El Jefe de Inteligencia de Estados Unidos declara al Presidente Chávez “una amenaza”. “El Presidente Chávez sigue utilizando su control para reprimir la oposición, reducir la libertad de prensa y restringir la democracia... es una amenaza.” -John Negroponte, Director Nacional de Inteligencia.
El Pentágono compara al Presidente Chávez con Hilter. “Tenemos a Chávez en Venezuela con mucho dinero procedente del petróleo. Es una persona que ha sido elegido legalmente, al igual que Adolfo Hitler...” - Donald Rumsfeld, Secretario de Defensa.
Marzo 2006: “En Venezuela, un demagogo repleto de dinero proveniente del petróleo está socavando la democracia e intentando desestabilizar la región.” –Presidente George W. Bush.
Intentan vincular a Venezuela con el Terrorismo
Junio 2006: “La cooperación de Venezuela en la campaña internacional contra el terrorismo siguió siendo insignificante...No está claro hasta qué punto el gobierno de Venezuela ofreció apoyo material a los terroristas colombianos.” -Informe Anual sobre Terrorismo, Departamento de Estado.
Estados Unidos imponen sanciones contra Venezuela por “no colaborar suficientemente en la lucha contra el terrorismo” y prohíben la venta de armamento y equipos militares a Venezuela. (Nota: Esta sanción ha sido renovado por el Gobierno de Estados Unidos cada año hasta la fecha).
Julio 2006: “Venezuela, bajo el presidente Hugo Chávez, ha tolerado a los terroristas en su suelo...” -Subcomité sobre Terrorismo Internacional, Cámara de Representantes.
Aumento en Presencia Militar
Marzo-Julio 2006: Estados Unidos realizan 4 maniobras militares por las costas de Venezuela en el Mar Caribe, con apoyo de la OTAN y con sede en la base militar de Estados Unidos en Curazao. Establecen una presencia militar permanente en la República Dominicana y aumentan su capacidad y presencia militar en Curazao y Aruba.
Aumenta la Subversión
La Embajada de Estados Unidos en Caracas establece los “American Corners” (Rincones Americanos) en cinco estados en Venezuela (Lara, Monagas, Bolívar, Anzoátegui, Nueva Esparta) como sedes de propaganda, subversión, financiamiento a grupos opositores, espionaje e infiltración.
El Embajador de Estados Unidos en Caracas, William Brownfield, intensifica su hostilidad pública hacia el gobierno venezolano a través de los medios de comunicación.
La NED y USAID aumentan su financiamiento a grupos anti-gubernamentales en Venezuela.
El Gobierno de Estados Unidos crea la Misión Especial de Inteligencia para Venezuela y Cuba, una división de la Dirección Nacional de Inteligencia de Washington dedicada solamente a ambos países.
2007
Mayo 2007: Venezuela está severamente atacado en los medios de comunicación internacionales y por los voceros del gobierno de Estados Unidos por su decisión de nacionalizar CANTV (la principal compañía telefónica nacional), la Electricidad de Caracas y los campos petrolíferos de la Faja del Orinoco.
El ataque se intensifica cuando el gobierno decide no renovar la concesión de radiodifusión pública de la popular estación de televisión de la oposición, RCTV.
Una poderosa campaña de medios de comunicación internacionales se inicia en contra de Venezuela y el Presidente Chávez, refiriéndose a él como un dictador.
Distribuidores privadas empiezan a acaparar los alimentos y otros productos básicos de consumo con el fin de crear escasez y pánico entre la población.
USAID, la NED y el Departamento de Estado a través de la Embajada en Caracas fomentan, financian y promueven el surgimiento de un movimiento juvenil de la derecha y ayudan a proyectar su imagen favorable ante la comunidad internacional con el fin de distorsionar la percepción de la popularidad del presidente Chávez entre los jóvenes.
Grupos como Human Rights Watch, la Asociación Interamericana de Prensa y Reporteros sin Fronteras acusan a Venezuela de violar los derechos humanos y la libertad de expresión.
Junio: Washington ratifica la clasificación de Venezuela como un país que no colabora en la lucha contra el terrorismo y mantienen la sanción en su contra. 
Septiembre: El Gobierno de Estados Unidos clasifica a Venezuela como un país “no cooperante” con la lucha anti-droga, por tercer año consecutivo.
La Secretaria de Estado Condoleezza Rice declara que están “preocupados por el populismo destructivo” de Chávez.
2008
Enero: El Almirante Mike Mullen, jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos, se reúne con el Presidente Álvaro Uribe, el (entonces) Ministro de Defensa Juan Manuel Santos, el Embajador estadounidense William Brownfield y el Comandante General de las Fuerzas Armadas Colombianas General Fredy Padilla de León y declara en rueda de prensa que está “preocupado por la compra de armas por parte de Chávez” y expresa que esto pudiera “desestabilizar la región.” Muestra su completo respaldo a Colombia y Uribe.
John Walters, el Czar Anti-Droga de Estados Unidos se reúne con Uribe en Colombia, junto con 5 congresistas de EEUU y el Embajador Brownfield, y declaran a Venezuela como un país “cómplice con el narcotráfico” que presenta “una amenaza para Estados Unidos y la región”.
El Presidente George W. Bush en su discurso ante la nación destaca la importancia de ratificar el TLC con Colombia y alerta ante la amenaza de gobiernos “populistas” y “no democráticos” en la región.
Febrero: El Comando Sur envía la “4ta flota” de la Armada al Mar Caribe (un grupo de buques de ataque, submarinos y porta aviones que no habían estado en éste hemisferio desde la Guerra Fría).
Febrero: El Departamento del Tesoro de Estados Unidos califica a los venezolanos el General Henry Rangel Silva (director de inteligencia SEBIN), el General Hugo Carvajal (director de la inteligencia military) y el ex Ministro de Interior y Justicia de Venezuela, Ramón Rodríguez Chacin, como “narcotraficantes” e impone sanciones contra los tres.
El Director Nacional de Inteligencia, General Mike McConnell, publica el Informe Anual de Amenazas donde clasifica a Venezuela como la “principal amenaza contra Estados Unidos en el hemisferio”.
Exxon-Mobil intenta “congelar” $12 mil millones de dólares de Venezuela en Londrés, Holanda y las Antillas Holandesas debido a una disputa no resuelta contra el Gobierno de Venezuela.
Informe de Amenazas de Seguridad Nacional Actuales y Proyectas de la Agencia de Inteligencia del Departamento de Defensa señala a Venezuela como “una amenaza a la seguridad de Estados Unidos.”
El informe anual sobre el narcotráfico del Departamento de Estado acusa a Venezuela de ser un país de “tránsito de drogas”, “lavado de dinero” y “cómplice con el narcotráfico.”
El Contraalmirante Joseph Nimmich, director de la Fuerza de Tarea Conjunta Interagencial del Sur de Estados Unidos, se reúne en Bogotá con el Comando General de las Fuerzas Militares colombianas.
Marzo: El ejército colombiano invade al territorio ecuatoriano y mata a Raúl Reyes más otra docena de personas en la selva fronteriza.
El General Jorge Naranjo, Comandante de la Policía Nacional de Colombia, declara que computadores que rescataron del bombardeo contra Reyes y su equipo evidencian que el Presidente Chávez dio más de $300 millones de dólares a las FARC y una cantidad de uranio y armamento. También acusa a Ecuador de apoyar a las FARC.
Venezuela moviliza tropas a la frontera con Colombia.
Estados Unidos envían el portaaviones “Harry Truman” al Mar Caribe para realizar maniobras a manera de prevenir potenciales ataques terroristas y eventuales conflictos en la región.
El Presidente Bush declara que Estados Unidos defenderá a Colombia ante las “provocaciones” de Venezuela.
El Presidente Uribe declara que llevará una denuncia contra el Presidente Chávez ante la Corte Penal Internacional por “patrocinio de genocidio y terrorismo”.
La NED y USAID siguen aumentando su financiamiento a grupos anti-gubernamentales en Venezuela.
2009
Mayo: Un documento de la Fuerza Aérea de Estados Unidos revela la construcción de una base militar de Estados Unidos en Palanquero, Colombia, para combatir a los gobiernos “antiestadounidenses” en la región. La base en Palanquero forma parte de las 7 bases militares que Estados Unidos había acordado construir en Colombia bajo un acuerdo con el gobierno colombiano durante los siguientes 10 años.
2010
Febrero: El Director Nacional de Inteligencia nombra a Venezuela en su informe sobre las principales amenazas a nivel mundial como el “líder anti-estadounidense” en la región.
El Departamento de Estado solicita más de 15 millones de dólares a través de la NED y USAID para grupos anti-gubernamentales en Venezuela.
Junio: Un informe del Instituto FRIDE de España, financiado por la NED, evidencia que agencias internacionales canalizan entre 40-50 millones de dólares al año a grupos anti-gubernamentales en Venezuela.
Septiembre: Washington ratifica las sanciones contra Venezuela por no cooperar con la lucha anti-droga y por no cooperar con la lucha anti-terrorista.
2011-2015
El Presidente Obama autoriza un fondo especial de 5 millones de dólares en su presupuesto anual para apoyar a grupos anti-gubernamentales en Venezuela. Para el año 2015, Obama aumenta esta cifra a 5.5 millones de dólares.
La NED sigue financiando a grupos anti-gubernamentales en Venezuela con acerca de 2 millones de dólares anualmente.
Cada año, el Gobierno de Estados incluye a Venezuela en sus listas de países que no cooperan con la lucha anti-droga y los que no cooperan con la lucha anti-terrorista. También en su informe anual sobre derechos humanos, califican al Gobierno de Venezuela como “violador” de los derechos humanos.
Después del fallecimiento del Presidente Chávez de cáncer el 5 de marzo de 2013, las nuevas elecciones se llevan a cabo y Nicolás Maduro gana la presidencia. Líderes de la oposición sostienen violentas manifestaciones que resultan en la muerte de más de una docena de personas.
En febrero de 2014, las protestas violentas se reanuden, dirigidas por Leopoldo López y María Corina Machado, quienes abiertamente piden el derrocamiento del presidente Maduro a través de su plan “La Salida”, y más de 40 personas son asesinadas. 
López se entrega a las autoridades y se enfrenta a cargos por su papel en la violencia. El gobierno de Estados Unidos pide su liberación inmediata.
En 2014, el Presidente Obama impone sanciones contra más de 50 funcionarios venezolanos y sus familiares, acusándolos de violar a los derechos humanos e incurrir en actos de corrupción. 
No han presentado pruebas hasta la fecha para fundamentar esas graves acusaciones. 
También el Departamento del Comercio amplia las sanciones contra Venezuela, prohibiendo la venta de “cualquier producto” para “fines militares”, debido a presuntas violaciones de derechos humanos cometidas por las Fuerzas Armadas venezolanas.
Enero 2015: El Vice Presidente de Estados Unidos, Joe Biden, alerta a los países caribeños que el gobierno del Presidente Nicolás Maduro pronto será “derrotado”, y deberían dejar a PetroCaribe.
La portavoz del Departamento de Estado, Jan Psaki, condena la supuesta "criminalización de la disidencia política" en Venezuela durante una rueda de prensa.
Febrero 2015: El Presidente Obama presenta su nueva Estrategia de Seguridad Nacional y nombra a Venezuela como una amenaza y destaca su apoyo para “los ciudadanos” venezolanos que viven en un país en donde “la democracia está en riesgo”. 
Líderes antigubernamentales circulan un documento promoviendo un "Acuerdo Nacional Para Una transición", que advierte que el gobierno del presidente Maduro se encuentra en su "fase terminal" y detalla su plan para derribar el actual estado y sustituirlo por un modelo pro-empresarial neoliberal. El documento está firmado por María Corina Machado, Leopoldo López y Antonio Ledezma, el alcalde metropolitano de Caracas.
Días después, un plan golpe de Estado contra el presidente Nicolás Maduro se descubre y 10 militares venezolanos son detenidos. Antonio Ledezma es arrestado y acusado de conspiración para derrocar al gobierno y el Departamento de Estado de Estados Unidos emite una dura condena sobre su detención, pidiendo a los gobiernos regionales a tomar medidas contra el gobierno de Maduro.
El portavoz de la Casa Blanca Josh Earnest niega cualquier papel del gobierno de Estados Unidos en el intento de golpe de Estado contra Maduro, llamando a esas acusaciones "absurdas", pero también revela, "El Departamento del Tesoro y el Departamento de Estado están considerando herramientas disponibles que podrían dirigir mejor al gobierno venezolano en la dirección que creemos que debe estar dirigido".
[1] Todos estos documentos y pruebas están disponibles en el libro, “El Código Chávez: Descifrando la intervención de Estados Unidos en Venezuela”, por Eva Golinger. Monte Ávila Editores, 2006.
Mujica: "En la oposición intenta violar la constitución"


Falla el Golpe de Estado de Washington sobre Venezuela


OPERACION JERICO

El 12 de febrero de 2015, un avión propiedad de Academi (ex Blackwaterdisfrazado con las insignias de las fuerzas armadas de Venezuela debía bombardear el palacio presidencial de Caracas para eliminar físicamente al presidente Nicolás Maduro. 

Los conspiradores tenían previsto poner en el poder a la ex diputada María Corina Machado y hacerla aclamar de inmediato por varios ex presidentes latinoamericanos.

El presidente Obama había emitido un claro aviso. 
Lo puso por escrito en su nueva doctrina de defensa 
(National Security Strategy): 
«Estamos del lado de los ciudadanos cuyo pleno ejercicio de la democracia está en peligro, como los venezolanos». 
Siendo Venezuela, desde la adopción de la Constitución de 1999, uno de los Estados más democráticos del mundo, esa frase presagiaba lo peor en materia de intentos destinados a impedir su marcha por el camino de la independencia y la redistribución de la riqueza nacional.

El presidente Obama con su consejero para Latinoamérica, Ricardo Zúñiga. Al fondo, la consejera de Seguridad Nacional, Susan Rice.
© White House

Era el Febrero de 2015. Washington terminaba de planificar el derrocamiento de las instituciones democráticas de Venezuela. 
El golpe de Estado estaba planificado para el 12 de febrero.
La «Operación Jericó» contaba con la supervisión del Consejo de Seguridad Nacional (NSC), bajo la responsabilidad de Ricardo Zúñiga. Este «diplomático» es el nieto de otro Ricardo Zúñiga, el presidente del Partido Nacional de Honduras que organizó los golpes militares de 1963 y de 1972 a favor del general López Arellano. 
El Ricardo Zúñiga que ahora trabaja en la Casa Blanca dirigió desde 2009 hasta 2011 la estación de la CIA en La Habana, donde reclutó agentes y los financió para fabricar una oposición contra Fidel Castro a la vez que negociaba la reanudación de las relaciones diplomáticas con Cuba, finalmente anunciada en 2014.
Como siempre en ese tipo de operaciones, Washington se esfuerza por no parecer implicado en los acontecimientos que sin embargo dirige. 
La CIA organiza y dirige a los golpistas a través de organizaciones supuestamente no gubernamentales: la NED (National Endowment for Democracy) y sus dos tentáculos de derecha, el International Republican Institute (IRI) y de izquierda, el National Democratic Institute (NDI); la Freedom House y el International Center for Non-Profit Law.
Además, Estados Unidos siempre recurre a sus aliados utilizándolos como contratistas en ciertos aspectos del putsch. 
Esta vez participaron al menos Alemania –a cargo de la protección de los ciudadanos de los países de la OTAN durante el golpe–, Canadá –a cargo del control del aeropuerto internacional civil de Caracas–, Israel –encargado de garantizar los asesinatos de varias personalidades chavistas– y el Reino Unido –a cargo de la propaganda de los golpistas. 
Finalmente, también moviliza sus redes políticas para que reconozcan a los golpistas: en Washington, el senador Marco Rubio; en Chile, el ex presidente Sebastián Piñera; en Colombia, los ex presidentes Álvaro Uribe Vélez y Andrés Pastrana; en México, los ex presidentes Felipe Calderón y Vicente Fox; en España, el ex presidente del gobierno José María Aznar.
Para justificar el putsch, la Casa Blanca había estimulado grandes empresas venezolanas a retener en sus almacenes enormes cantidades de productos de primera necesidad. 
La no distribución de esos productos tenía como objetivo provocar grandes colas ante los comercios y el estallido de motines estimulados por la acción de provocadores infiltrados entre los consumidores descontentos. 
La maniobra fracasó ya que, a pesar de la escasez artificialmente provocada durante enero y febrero y de las colas ante las tiendas, los venezolanos nunca llegaron a atacar los comercios.
Para reforzar el sabotaje económico, el presidente Obama había firmado, el 18 de diciembre de 2014, una ley que impone sanciones contra Venezuela y contra varios de sus dirigentes. Oficialmente, Washington decía querer sancionar a las personalidades responsables de la represión contra manifestaciones estudiantiles. 
En realidad, desde el inicio del año, Washington estaba pagando un salario -4 veces superior al ingreso medio de los venezolanos– a los miembros de pandillas que se dedicaban a agredir a las fuerzas del orden. Estos falsos estudiantes asesinaron a 43 personas en varios meses y sembraban el terror en las calles de Caracas.
El ex número 2 de la ISAF en Afganistán, general Thomas W. Geary, actualmente al mando de la inteligencia del SouthCom.
La acción militar estaba bajo la supervisión del general Thomas W. Geary, desde la sede del SouthCom en Miami, y de Rebecca Chavez, desde el Pentágono. 
Como subcontratista de la parte militar del golpe aparecen el ejército privado Academi (ex Blackwater); una firma actualmente administrada por el almirante Bobby R. Inman (ex jefe de la NSA) y John Ashcroft (ex secretario de Justicia de la administración Bush).
Según esa parte del plan, un avión militar Super Tucano, matrícula N314TG, comprado por Academi en Virginia, en 2008, para asesinar a Raúl Reyes, número 2 de las FARC colombianas, avión falsamente identificado con las insignias de las fuerzas armadas de Venezuela, debía bombardear el palacio presidencial de Miraflores y otros objetivos entre los que se encontraban la sede del ministerio de Defensa, la dirección de Inteligencia y la sede de TeleSur, el canal de televisión multinacional creado por el ALBA. 
El avión se hallaba en Colombia, el cuartel general de los putchistas había sido instalado en la embajada de Estados Unidos en Bogotá –la capital colombiana– con la participación del embajador estadounidense Kevin Whitaker y de su segundo, Benjamin Ziff.
Varios oficiales superiores, activos y retirados, habían grabado de antemano un mensaje a la Nación anunciando que habían tomado el poder para restaurar el orden en el país. También estaba previsto que suscribirían el plan de transición, publicado en la mañana del 12 de febrero de 2015 en el diario El Nacionaly redactado por el Departamento de Estado estadounidense. El plan incluía la formación de un nuevo gobierno, encabezado por la ex diputada María Corina Machado.
El golpe de Estado pondría en el poder a María Corina Machado. El 26 de enero de 2015, la ex diputada recibía en Caracas a sus principales cómplices extranjeros.
María Corina Machado fue presidenta de Súmate, la asociación que organizó y perdió el referéndum revocatorio contra el presidente Hugo Chávez Frías, en 2004, utilizando para ello –ya en aquel momento– los fondos de la NED (National Endowment for Democracy) y los servicios del publicista francés Jacques Seguela. 
A pesar de aquella derrota, María Corina Machado fue recibida con honores por el presidente George W. Bush en el Buró Oval de la Casa Blanca el 21 de marzo de 2005.
 Después de ser electa en 2011 como representante del Estado de Miranda, el 21 de marzo de 2014 María Corina Machado se presentó ante la Organización de Estados Americanos (OEA) como jefa de la delegación de Panamá a ese foro continental y fue inmediatamente destituida de su cargo de diputada por haber violado así los artículos 149 y 191 de la Constitución de Venezuela.
Para facilitar la coordinación del putsch, María Corina Machado organizó en Caracas, el 26 de enero, un coloquio denominado «Poder ciudadano y Democracia hoy», en el que participaron la mayoría de las personalidades venezolanas y extranjeras vinculadas a la intentona golpista.
¡Mala 

suerte! 
La Inteligencia Militar venezolana estaba vigilando a las personalidades sospechosas de haber fomentado un complot anterior para asesinar al presidente Maduro. 
En mayo de 2014, el fiscal de Caracas había acusado a María Corina Machado, el gobernador Henrique Salas Romer, el ex diplomático Diego Arria, el abogado Gustavo Tarre Birceño, el banquero Eligio Cedeño y el hombre de negocios Pedro M. Burelli, quienes negaron haber escrito sus propios e-mails afirmando que habían sido falsificados por la Inteligencia Militar. 
Por supuesto, todos eran cómplices.
Al seguir la pista de estos conspiradores, la Inteligencia Militar descubrió la «Operación Jericó». En la noche del 11 de febrero, los principales líderes de la conspiración y un agente del Mosad israelí fueron arrestados y se reforzó la protección aérea de la capital venezolana. Otros implicados fueron arrestados el 12 de febrero. El día 20, las confesiones de los arrestados permitieron la detención de otro cómplice: el alcalde de Caracas, Antonio Ledezma.
El alcalde de Caracas, Antonio Ledezma, era el agente de enlace con Israel. Ledezma había viajado secretamente a Tel Aviv, el 18 de mayo de 2012, para reunirse con el primer ministro israelí Benyamin Netanyahu y con el ministro de Relaciones Exteriores Avigdor Lieberman actuando como representante del jefe de la oposición venezolana, Henrique Capriles Radonski.
El presidente Nicolás Maduro compareció de inmediato en televisión denunciando a los conspiradores. Mientras tanto, en Washington, la portavoz del Departamento de Estado hacía reír a los periodistas que recordaban el golpe de Estado organizado por Obama en 2009 en Honduras o más recientemente, en enero de 2015, en la intentona golpista de Macedonia, al declarar: 
«Esas acusaciones, como todas las anteriores, son ridículas. Es una política de hace tiempo, Estados Unidos no apoya las transiciones políticas por medios no constitucionales. Las transiciones políticas deben ser democráticas, constitucionales, pacíficas y legales. Hemos visto varias veces que el gobierno venezolano trata de desviar la atención de sus propias acciones acusando a Estados Unidos u otros miembros de la comunidad internacional por los acontecimientos en el interior de Venezuela. Esos esfuerzos reflejan falta de seriedad de parte del gobierno de Venezuela al enfrentar la grave situación que está confrontando.»
Para los venezolanos, este golpe de Estado abortado plantea un grave dilema: ¿Cómo mantener la democracia cuando los principales líderes de la oposición están en la cárcel por haber preparado crímenes en contra de la democracia?
Para quienes aún creen, erróneamente, que Estados Unidos ha cambiado, que ese país ha dejado de ser una potencia imperialista y que ahora defiende la democracia en el mundo, la «Operación Jericó» es un obligado tema de reflexión.
por Thierry Meyssan en RED VOLTAIRE
Estados Unidos contra Venezuela
 En 2002, Estados Unidos organizó un golpe de Estado contra el presidente democráticamente electo Hugo Chávez Frías [1] y posteriormente asesinó al juez venezolano a cargo de la investigación, Danilo Anderson [2].
 En 2007, Estados Unidos intentó un cambio de régimen organizando en Venezuela una «revolución de color» con la participación de grupos trotskistas [3].
 En 2014, Estados Unidos pareció renunciar a su objetivo y respaldó grupos anarquistas que realizaron innumerables actos vandálicos para desestabilizar Venezuela, lo que los venezolanos llamanla Guarimba [4].
Expediente JoanFliZ · by joan fliz


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